martes, 31 de julio de 2018
El dia que los magos abrieron la puerta...
Cuando la invasión del este era inminente todo el gremio de la magia temió como nunca en sus siglos de existencia. El valle vecino al templo del Ocaso era un hervidero de tropas. Se había convertido en un fuerte donde innumerable cantidad de hombres empezaron a reunirse y no pasaba un mes sin que contingentes de soldados engrosaran sus filas. Decidieron entonces en concilio los magos, reunirse para discutir sus acciones. Ambas logias eran enemigas acérrimas pero primó el enemigo común a las disputas históricas. La logia de la magia verde con su hermano maestro propuso envenenar la tierra y darle a los ejercitos invasores sus frutos corrompidos. La logia de la magia oscura fue más lejos y propuso abrir el umbral prohibido y permitir que la fauna del abismo cruzara hacia las tierras en disputa. Todos temían por igual los resultados de semejante invocación. Abrir el umbral era difícil de conseguir, era un acto de transgresión que se había logrado por breves momentos. Dejar pasar algo más que una mera aparición requería mantenerlo abierto lo suficiente. Los textos antiguos no daban demasiadas precisiones, y por sobre todo, de tener éxito, de lograr abrirlo por completo, la invocación de cierre del portal no se había practicado jamás. Por meses el alto sacerdote oscuro asistido por sus acólitos intentó abrir el umbral dirigiéndolo más allá de las montañas, donde el ejército enemigo había trazado la última frontera. Cada fracaso robaba tiempo precioso así que el manifiesto se interpretó livianamente y se descuidaron los pasos del ritual. Los sacrificios humanos dejaron de seleccionarse cuidadosamente y cualquier victima tiñó de sangre las escalinatas del altar por meses, pero no lograban conseguir resultados duraderos. Hasta que un día el alto maestro cometió el error de acercarse demasiado al lugar que habían elegido y una lengua negra surgida de la espantosa bruma de un pequeño portal lo hirió en su cuello. En vano fueron los esfuerzos de los otros sacerdotes por salvarlo, murió en su recámara esa misma noche. Y con esa ofrenda accidental el primer titán emergió. No fue en el valle de los ríos donde el ejército enemigo acampaba sino en las proximidades del templo del Ocaso, donde había muerto el alto maestro. Desesperados los magos unieron fuerzas para intentar salvarse de las fuerzas de la bestia y establecieron un muro mágico de protección que dirigió a las bestias más allá de las montañas, hacia el sur, a los reinos donde personas inocentes ignoraban su suerte. Fue la más espantosa de las ruinas ver a las bestias marchar a través de los valles devorándolo todo. Fue el comienzo de una larga batalla contra los titanes, para lo que hubo que reunir un ejército adiestrado en el manejo de esas criaturas, hubo muchos intentos fracasados, muchos ejércitos se opusieron a ellos sucumbiendo con rapidez, pero hubo una reunión donde una última solución se propuso. Los enfrentarían todos juntos. El ejército de Lurtz junto a magos oscuros, verdes, mercenarios, ex convictos y granjeros, gente de la peor calaña mezclada con cazafortunas, desertores y aldeanos que lo habian perdido todo, de esa unión improbable nació algo que por separado no habían logrado, consiguieron dar muerte al primero.
Finalmente lo mejor y lo peor, lo selecto y lo desechado del reino había logrado ponerles límite. Se había obtenido por fin el conocimiento para derrotarlos. A partir de ese momento sólo se valieron de voluntarios. Los magos se excusaron diciendo que debían tomar registro y ampliar su biblioteca guardando este nuevo conocimiento. Las tropas reales dejaron una pequeña guarnición y retiraron al resto tras la seguridad de su muros. Los titanes ya no amenazaban el castillo de Lurtz. Y las aldeas nunca fueron indispensables. Los magos volvieron a su templo, y los caballeros a su castillo dejando toda la carga sobre aquellos que no tenían nada más que perder Y la pequeña guarnición de un capitán caido en desgracia. Ninguno tenían donde ir, ni a donde volver. Y lo que había sido fruto de la unión ahora sería obra del descarte. Del resabio de ese esfuerzo emergió un grupo que desafió todo poder. Solo respondió a los lazos que habían forjado. Desechados por todos, se convirtieron en los elegidos de nadie. Y vencieron.
lunes, 30 de julio de 2018
Espinal "mala fortuna", señor de la muerte
Criado entre bandoleros, Espinal fue desde joven un soldado de la fortuna.
Nacido en la comarca de Piedra Azul, vivió sus primeros años en una aldea próxima al castillo del principal del reino. Cuando la dinastia de los Angras usurpó el trono y el imperio desbordó las antiguas fronteras, el reino lindero de Mantopiedra se convierte en una de sus primeras víctimas. La leva forzada de los jóvenes se convirtió en una cacería humana. El imperio estaba ávido de tropas y los reinos centrales se convirtieron en una fuente casi inagotable de mano de obra para la guerra.
Tres siglos de paz se rompieron de la noche a la mañana y muchachos apenas con fuerzas para sostener un escudo fueron reclutados. Los padres de Espinal intentaron ocultar a sus hijos varones pero las partidas de reclutadores eran implacables. Espinal era el menor de ellos y el único en lograr escapar del incendio que desataron las tropas imperiales en su villa. Vio a su familia arder sin siquiera emitir palabra oculto en una zanja. Nunca olvidó la expresión de terror de su madre y como aún en agonía le rogó que no interviniera. Se juró nunca más huir de una batalla y se entregó por completo al oficio de la espada. Su trágica pérdida alimentó su idea de que estaba maldito. Un gitano que le adivinó la suerte le dijo que debía conseguir el objeto más preciado de la persona más afortunada que conociera para romper dicho encantamiento y desde ese momento consagró su vida a encontrar ese objeto preciado. Es hasta los días del presente su más grande obsesión y ruina. Con el tiempo conoció a Kurz, el guerrero florido, reconociendo que era el hombre más afortunado que podía conocer, coincidieron en una banda de saqueadores en su juventud y permaneció cerca de él siempre a la espera de encontrar el objeto más preciado que pudiera poseer. Finalmente entendió que "el afortunado" amaba su daga ornamentada, ganada supuestamente en un juego de cartas, y permanentemente apuesta con él para ganársela, cosa que aún no ha logrado según dicen. Las crónicas indican que hoy pertenece a una hermandad que protege el valle del dragón, pero nadie en el reino de Lurtz los conoce o afirma que existen, dicen que son fantasmas en las montañas que hacen temblar a las mismas tropas imperiales, se dice que son un grupo de guerreros cuyas almas en pena vagan por los senderos, en busca de consuelo, en busca de perdón...
sábado, 28 de julio de 2018
Davan "dedo negro", el mago renegado
La historia del mago renegado siempre ha sido un secreto, y lo único que afirman es que estuvo marcada por la tragedia.
Oriundo de la aldea de Pozo del Sueño, situada en un pequeño valle cercano al templo del Ocaso. Eran simples agricultores que desde siempre se habían dedicado a cultivar la tierra, cultivaban mucho más de lo necesario para poder vender parte de su cosecha a la cocina del templo. Davan desde pequeño acompañaba a su padre cuando cargaba la carreta de hortalizas y algunos animales para llevar a los magos. Al muchacho la magia le parecía fascinante, y siempre soñó con ser un sacerdote oscuro, pero aunque su padre lo había intentado todo para que lo acepten, eran sólo una familia pobre y poco podía esperarse de ellos, la ofrenda a entregar al Oscuro era inaccesible. Los discípulos ingresaban con una generosa dote con la cual compraban su lugar, y casi siempre eran de familias distinguidas del reino que decidían seguir el camino de las auras. Salían de allí conociendo la ciencia de la oscuridad y convirtiéndose en quienes encabezaban los ritos mortuorios y quienes presagiaban las diversas fortunas del reino. Se convertían en oficiantes distinguidos de ceremonias, y personajes relevantes del reino. Desesperado por complacerlo su padre intentó ligarlo a la magia verde, mucho menos exigente para admitir novicios, que enseñaba a quién tuviera suficiente dedicación los secretos y propiedades de las plantas, los animales y aún los minerales que proveía la tierra. Pero Davan sólo tenía ojos para las túnicas púrpuras y su mundo giraba en torno al templo donde ellos moraban. Cuando ya era muchacho y viendo que su padre no había tenido éxito decidió abandonar su hogar, ideó un plan para ganar el favor del alto sacerdote convirtiéndose en cazador. Pero no un cazador cualquiera, sino el mejor que se hubiera conocido en esos parajes. Aprendió a dar caza a todo animal salvaje que morara en sus dominios. Aprendió a cazar al jabalí de montaña, al tigre de la niebla, al venado morado. Todos ellos, piezas codiciadas por su piel y su rareza. Algunos de esos animales eran apreciados por los magos, ävidos de componentes para sus pociones. Otros simplemente eran la delicia que más apetecían sus paladares. También aprendió a conseguir animales ponzoñosos, alimañas e insectos para que la logia elaborara venenos de diversa calidad. El alto maestro empezó a reconocerlo por su nombre y darle encargos que solo él podía cumplir. Y Davan se sintió cerca de su sueño, sin embargo el día en que se armó de valor e hizo la petición el alto sacerdote se rió en su cara y lo echó de la sala principal. Profundamente lastimado decidió irse para siempre del lugar. Sin embargo el cocinero del templo se apiadó de él. Era uno de los discípulos superiores, y aunque no podía ordenarlo sacerdote si podía enseñarle algunos secretos de la magia, junto a excelentes recetas de cocina. Nunca vestiría una túnica púrpura pero si podía ser discípulo superior alguna vez, Y un excelente cocinero...si se esforzaba lo suficiente. Así Davan repartió sus días entre los encargos del templo y las clases que recibió. Y olvidó toda otra cosa que existiera en ese mundo, aún a su propia familia al punto de no estar ni siquiera cuando su madre falleció.
Cuando el imperio del este se levantó para dominar la tierra, las logias de magos temieron por su destino y tomaron cartas en el asunto. La dinastía de los Angras era enemiga de la magia ya que las logias habían apoyado desde siempre a los reyes de la moneda, la casa real depuesta. Históricamente conocida por dedicarse al comercio y la acumulación de fortuna, un linaje que todo lo decidían de acuerdo a las ganancias que les reportara. Hasta que conocieron a quienes veneraban al acero por sobre cualquier otro metal. Los Angras un día se rebelaron, y decidieron tomar la tierra, los palacios y el trono, sin importarles cuanto oro y plata les ofrecieran. "Tomar la tierra es tomarlo todo" era su lema. Cortaron la cabeza de los tres reyes de la moneda y sus caballeros negros marcharon en las tres ciudades principales. Había empezado la edad de las conquistas.
Los magos fueron proscriptos en el imperio, y la mayoría perseguidos y encarcelados, quién no pudo pagar su rescate murió decapitado. Muchos magos huyeron y volvieron al templo del Ocaso buscando asilo, que ahora se hallaba peligrosamente en la frontera. Muchos rastreadores y mercenarios del este vinieron tras ellos dándoles caza, y allí el alto sacerdote recordó a su mejor cazador y le pidió una nueva presa...soldados imperiales. Y tuvo que rogarle ayuda luego de haberlo humillado publicamente. Davan finalmente aceptó el encargo pero no creyó en la promesa de que sería ordenado sacerdote de tener éxito. Y por tanto, no mató a todos los hombres del este que encontró, siempre estuvo dispuesto a reclutar para su causa personal. Un día lo hallaron sentado en la nave central del templo, nadie supo como había llegado allí burlando a toda la guardia. Volvió con una bolsa de tela basta y la dejó a los pies del altar de las sombras. Luego se marchó. Desataron la cuerda del saco para ver caer innumerables dedos pulgares, algunos con anillos reales, sellos de nobleza y demás señales de alcurnia. Durante semanas el cazador asoló la frontera sembrando la muerte y el temor en las tropas enemigas. Y cada vez que un emisario era enviado a examinar la situación el mago cocinero lograba tomar su botín. El alto maestro empezó a preocuparse de la suerte que tendría la orden si descubrían el encargo y tramaron un plan para apresarlo. No les costó conseguirlo, lo apresaron el día en que lo ordenarían sacerdote. Aunque el imperio reclamó al cautivo, ellos declararon que habían dado muerte al "Robapulgares". La logia lo arrojó a sus mazmorras para que terminara allí sus días. Pero si un día del final de la orden llegaba y el renegado sobrevivía a los tormentos lo liberarían para que volviera a cazar imperiales. En su celda Davan aprendió a meditar e ignorar el dolor que pudieran inflingir a su cuerpo. Sólo lo mantenía con vida la decisión de vengarse de sus captores y el de volver a su hogar para pedir perdón a su padre. Pero su plan tomó demasiado tiempo, y su escape tuvo que ser pacientemente ejecutado. Mientras tanto el gremio de la magia había roto por temor a la invasión el sello que mantenía el portal del abismo cerrado y liberó al primer titán en una ruta que atravesaba el valle donde estaba Pozo del Sueño. Nada quedó de esa aldea, ni de las cercanas, la tierra humeante fue todo el testimonio de la matanza. Davan llegó a su aldea una semana tarde.
Davan que había soportado innumerables torturas y casi había perdido la vida en las mazmorras del templo logró escapar con la fuerza inestimable de un dedo ennegrecido, sólo para encontrar que ya nada quedaba de su hogar ni de su gente. Después no se supo más de él, se dice que fue el primer cazador de titanes, que volvió a esos parajes cuando el sur se unió para combatirlos, otros dicen que se retiró a las montañas formando una familia, algunos agregan que se volvió loco cuando un titán arrasó con ella, y que lleva algunos huesos de ellos en una pequeña bolsa en su cuello, todo lo que encontró de su esposa e hijos.
Rastreó a la criatura y la mató el mismo sin ayuda de nadie, algo que nunca había logrado más de un ejército real. Obsesionado por aprender que motivaba a las bestias descubrió que la misma había sido instigada por tribus que el imperio contrataba para debilitar los ejércitos sureños. Así que se dedicó a cazarlos también. Los más osados dicen que se unió a una hermandad que defiende el valle del dragón pero nadie sabe si esta hermandad en realidad existe...Davan dedo negro sigue siendo una leyenda, la leyenda del robapulgares que las madres esteñas les cuentan a sus hijos que se portan mal, un mago que está en guerra con la magia, un renegado.
jueves, 5 de julio de 2018
La pluma en la oscuridad...
Bridas tanteó en la repentina oscuridad hasta dar con la vela...sólo un pequeño montículo de sebo daba testimonio de ella, otra vez habían sido sus ansias, mayores que la prudencia. Si le descubrían escribiendo perdería sus manos, el edicto real era claro, no había lugar para escribas en el reino...
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