sábado, 28 de julio de 2018

Davan "dedo negro", el mago renegado




La historia del mago renegado siempre ha sido un secreto, y lo único que afirman es que estuvo marcada por la tragedia.
Oriundo de la aldea de Pozo del Sueño, situada en un pequeño valle cercano al templo del Ocaso. Eran simples agricultores que desde siempre se habían dedicado a cultivar la tierra, cultivaban mucho más de lo necesario para poder vender parte de su cosecha a la cocina del templo. Davan desde pequeño acompañaba a su padre cuando cargaba la carreta de  hortalizas y algunos animales para llevar a los magos. Al muchacho la magia le parecía fascinante, y siempre soñó con ser un sacerdote oscuro, pero aunque su padre lo había intentado todo para que lo acepten, eran sólo una familia pobre y poco podía esperarse de ellos, la ofrenda a entregar al Oscuro era inaccesible. Los discípulos ingresaban con una generosa dote con la cual compraban su lugar, y casi siempre eran  de familias distinguidas del reino que decidían seguir el camino de las auras. Salían de allí conociendo la ciencia de la oscuridad y convirtiéndose en quienes encabezaban los ritos mortuorios y quienes presagiaban las diversas fortunas del reino. Se convertían en oficiantes distinguidos de ceremonias, y personajes relevantes del reino. Desesperado por complacerlo su padre intentó ligarlo a la magia verde, mucho menos exigente para admitir novicios, que enseñaba a quién tuviera suficiente dedicación los secretos y propiedades de las plantas, los animales y aún los minerales que proveía la tierra. Pero Davan sólo tenía ojos para las túnicas púrpuras y su mundo giraba en torno al templo donde ellos moraban. Cuando ya era muchacho y viendo que su padre no había tenido éxito decidió abandonar su hogar, ideó un plan para ganar el favor del alto sacerdote convirtiéndose en cazador. Pero no un cazador cualquiera, sino el mejor que se hubiera conocido en esos parajes. Aprendió a dar caza a todo animal salvaje que morara en sus dominios. Aprendió a cazar al jabalí de montaña, al tigre de la niebla, al venado morado. Todos ellos, piezas codiciadas por su piel y su rareza. Algunos de esos animales eran apreciados por los magos, ävidos de componentes para sus pociones. Otros simplemente eran la delicia que más apetecían sus paladares. También aprendió a conseguir animales ponzoñosos, alimañas e insectos para que la logia elaborara venenos de diversa calidad. El alto maestro empezó a reconocerlo por su nombre y darle encargos que solo él podía cumplir. Y Davan se sintió cerca de su sueño, sin embargo el día en que se armó de valor e hizo la petición el alto sacerdote se rió en su cara y lo echó de la sala principal. Profundamente lastimado decidió irse para siempre del lugar. Sin embargo el cocinero del templo se apiadó de él. Era uno de los discípulos superiores, y aunque no podía ordenarlo sacerdote si podía enseñarle algunos secretos de la magia, junto a excelentes recetas de cocina. Nunca vestiría una túnica púrpura pero si podía ser discípulo superior alguna vez, Y un excelente cocinero...si se esforzaba lo suficiente. Así Davan repartió sus días entre los encargos del templo y las clases que recibió. Y olvidó toda otra cosa que existiera en ese mundo, aún a su propia familia al punto de no estar ni siquiera cuando su madre falleció.
Cuando el imperio del este se levantó para dominar la tierra, las logias de magos temieron por su destino y tomaron cartas en el asunto. La dinastía de los Angras era enemiga de la magia ya que las logias habían apoyado desde siempre a los reyes de la moneda, la casa real depuesta. Históricamente conocida por dedicarse al comercio y la acumulación de fortuna, un linaje que todo lo decidían de acuerdo a las ganancias que les reportara. Hasta que conocieron a quienes veneraban al acero por sobre cualquier otro metal. Los Angras un día se rebelaron, y decidieron tomar la tierra, los palacios y el trono, sin importarles cuanto oro y plata les ofrecieran. "Tomar la tierra es tomarlo todo" era su lema. Cortaron la cabeza de los tres reyes de la moneda y sus caballeros negros marcharon en las tres ciudades principales. Había empezado la edad de las conquistas.
Los magos fueron proscriptos en el imperio, y la mayoría perseguidos y encarcelados, quién no pudo pagar su rescate murió decapitado. Muchos magos huyeron y volvieron al templo del Ocaso buscando asilo, que ahora se hallaba peligrosamente en la frontera. Muchos rastreadores y mercenarios del este vinieron tras ellos dándoles caza, y allí el alto sacerdote recordó a su mejor cazador y le pidió una nueva presa...soldados imperiales. Y tuvo que rogarle ayuda luego de haberlo humillado publicamente. Davan finalmente aceptó el encargo pero no creyó en la promesa de que sería ordenado sacerdote de tener éxito. Y por tanto, no mató a todos los hombres del este que encontró, siempre estuvo dispuesto a reclutar para su causa personal. Un día lo hallaron sentado en la nave central del templo, nadie supo como había llegado allí burlando a toda la guardia. Volvió con una bolsa de tela basta y la dejó a los pies del altar de las sombras. Luego se marchó. Desataron la cuerda del saco para ver caer innumerables dedos pulgares, algunos con anillos reales, sellos de nobleza y demás señales de alcurnia. Durante semanas el cazador asoló la frontera sembrando la muerte y el temor en las tropas enemigas. Y cada vez que un emisario era enviado a examinar la situación el mago cocinero  lograba tomar su botín. El alto maestro empezó a preocuparse de la suerte que tendría la orden si descubrían el encargo y tramaron un plan para apresarlo. No les costó conseguirlo, lo apresaron el día en que lo ordenarían sacerdote. Aunque el imperio reclamó al cautivo, ellos declararon que habían dado muerte al "Robapulgares". La logia lo arrojó a sus mazmorras para que terminara allí sus días. Pero si un día del final de la orden llegaba y el renegado sobrevivía a los tormentos lo liberarían para que volviera a cazar imperiales. En su celda Davan aprendió a meditar e ignorar el dolor que pudieran inflingir a su cuerpo. Sólo lo mantenía con vida la decisión de vengarse de sus captores y el de volver a su hogar para pedir perdón a su padre. Pero su plan tomó demasiado tiempo, y su escape tuvo que ser pacientemente ejecutado. Mientras tanto el gremio de la magia había roto por temor a la invasión el sello que mantenía el portal del abismo cerrado y liberó al primer titán en una ruta que atravesaba el valle donde estaba Pozo del Sueño. Nada quedó de esa aldea, ni de las cercanas, la tierra humeante fue todo el testimonio de la matanza. Davan llegó a su aldea una semana tarde.
Davan que había soportado innumerables torturas y casi había perdido la vida en las mazmorras del templo logró escapar con la fuerza inestimable de un dedo ennegrecido, sólo para encontrar que ya nada quedaba de su hogar ni de su gente. Después no se supo más de él, se dice que fue el primer cazador de titanes, que volvió a esos parajes cuando el sur se unió para combatirlos, otros dicen que se retiró a las montañas formando una familia, algunos agregan que se volvió loco cuando un titán arrasó con ella, y que lleva algunos huesos de ellos en una pequeña bolsa en su cuello, todo lo que encontró de su esposa e hijos.
Rastreó a la criatura y la mató el mismo sin ayuda de nadie, algo que nunca había logrado más de un ejército real. Obsesionado por aprender que motivaba a las bestias descubrió que la misma había sido instigada por tribus que el imperio contrataba para debilitar los ejércitos sureños. Así que se dedicó a cazarlos también. Los más osados dicen que se unió a una hermandad que defiende el valle del dragón pero nadie sabe si esta hermandad en realidad existe...Davan dedo negro sigue siendo una leyenda, la leyenda del robapulgares que las madres esteñas les cuentan a sus hijos que se portan mal, un mago que está en guerra con la magia, un renegado.

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